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Normas básicas de convivencia para compartir piso

Normas básicas
de convivencia
para compartir
piso

A la hora de compartir piso, es imprescindible fijar una serie de normas de convivencia que eviten los conflictos o malentendidos entre los compañeros de piso. A continuación, encontrarás las normas básicas de convivencia para que compartir piso sea una experiencia de lo más gratificante. 

Pactar las normas de convivencia que deben respetarse

Si todos los inquilinos comienzan a convivir al mismo tiempo en un piso compartido, lo primero que deben hacer para evitar cualquier tipo de problema, es acordar y plasmar por escrito cuáles son las normas de convivencia que deben respetarse por todos los integrantes de la vivienda. Estas normas deben ser claras y concretas.

Si por el contrario, ya habitan la vivienda otros compañeros, la nueva persona que se incorpore deberá adaptarse a las normas vigentes o plantear cambios que deberán ser aceptados por todos los compañeros.

Habitualmente, las normas de convivencia dependerán, en gran medida, del número de personas que convivan en la vivienda, de su edad o estilo de vida.

Una vez establecidas, es fundamental que todos los integrantes de la vivienda las respeten. En caso contrario, si alguno de los compañeros las incumpliera, es importante que se dialogue entre todos para saber qué ocurre y si fuera necesario, replantear las normas.

Realizar las tareas del hogar a tiempo y de forma correcta

Dado que es la realización de las tareas del hogar es una de las normas que, normalmente, más conflictos genera, es recomendable que, entre todos los compañeros, creen un listado de las tareas que hay que realizar en las zonas comunes del piso y posteriormente, las distribuyan de manera equitativa. Para evitar malentendidos, lo ideal es crear un calendario semanal o mensual para que todos los inquilinos sepan qué tareas deben realizar y cuándo las deben hacer.

Escoger al portavoz para que hable con el propietario

Cuando el número de inquilinos es mayor a tres, siempre es aconsejable escoger a uno de los inquilinos como portavoz de todos ante el propietario.

El portavoz será la persona encargada de ponerse en contacto con el casero siempre que sea necesario: averías, reparaciones, cambio de inquilino, etc.  De la misma manera, el propietario contactará con el portavoz para cualquier asunto concerniente a la vivienda. El portavoz deberá siempre, comunicar todo lo conversado con el propietario al resto de integrantes de la casa.

Abonar la renta mensual sin retrasos

Para que la convivencia entre compañeros sea lo mejor posible, los pagos de renta de alquiler deben realizarse en los días acordados en el contrato de arrendamiento. En caso de retrasos en el pago, se pueden generar disputas no sólo entre compañeros si no también con el propietario de la vivienda quien, en última instancia, podrá rescindir el contrato de alquiler. 

Generalmente, en viviendas compartidas se suele disponer de una cuenta común en la que todos los inquilinos mensualmente ingresan la parte de renta y gastos de suministros correspondientes a su alquiler.

Escoger al titular de los suministros

En muchos casos, el titular de los suministros en pisos compartidos sigue siendo el propietario de la vivienda quién, mensualmente, facilita a los inquilinos la factura de los mismos para que procedan a su abono. 

En otros, el titular de los suministros debe ser uno de los inquilinos de la vivienda, quien además debe ocuparse de llevar un control de los consumos en la vivienda y el reparto de éstos. Por tanto, entre todos los compañeros deben decidir quién será el titular de los suministros. Otra opción es repartirse las titularidades y que cada inquilino sea titular de un suministro (electricidad, gas, agua, internet, etc.) aunque esta opción suele dar lugar a conflicto si no se dividen de forma equitativa los cargos, al existir diferencias notables entre los costes de unos y otros.

Abonar los gastos comunes de la vivienda

Más allá del pago de la renta y los suministros, existen otra serie de gastos extras comunes a todos los ocupantes de la vivienda como, por ejemplo, los productos de limpieza. 

Para evitar conflictos, es recomendable que cada inquilino ingrese una pequeña cantidad extra de dinero en la cuenta común para hacer frente a esos gastos. Si no se dispone de cuenta bancaria, se puede crear un bote en el que aportar mensualmente la cantidad establecida.

Respetar a los compañeros

Para tener una buena convivencia con el resto de integrantes de la vivienda, es fundamental respetar el espacio privado del resto de compañeros así como los horarios de cada uno.

Si en el contrato de arrendamiento no figura nada al respecto, es importante acordar entre todos los inquilinos si se permiten o no realizar visitas o fiestas y las normas para su celebración: cada cuánto tiempo se pueden realizar, a cuántas personas puede invitar cada uno, a qué hora deben finalizar, con qué plazo hay que avisar al resto de compañeros, etc.